La obra más corta y desconocida de Stendhal (1783-1842) es un ejercicio del postulado stendhaliano según el cual conviene reírse de todo y especialmente, como en este panfleto escrito en 1825, de esos poderes que, en nombre del dinero, aspiran a una hegemonía económica que habría de darles predominio político, prestigio social, poder cultural y superioridad moral.