Como existen las culturas, los seres humanos han podido aliarse en grupos y adaptarse a distintos entornos, de un modo que en solitario habría resultado imposible. También han hecho posible la creación de normas sociales, lo que permite que los individuos puedan asociarse con grandes grupos de personas con las que no tienen nada en común, algo que no se ve en otras especies.
Esta combinación única de adaptación cultural y colaboración a gran escala ha transformado nuestra especie y asegurado nuestra supervivencia, convirtiéndonos en un animal diferente.