Jacinto, un jubilado octogenario natural del pueblo de Vistalegre se ha cansado de que el alcalde que gobierna su pueblo les haya robado los dineros y encima se haya fugado con la hija de la kiosquera, la Paca, que además de golfa está de muy buen ver, así que, ante este panorama y al no tener nada mejor que hacer aquella tarde, se va a encargar de organizar las fiestas del pueblo. No estará solo, junto a sus dos inseparables compañeros, Belisario, que tiene un pozo y Genaro Ortega, alias Pichín pondrán en marcha un programa de fiestas como ningún pueblo ha tenido ni tendrá jamás. ¿Quién sabe si sus fiestas serán un éxito? ¿Quién sabe si a partir de ese triunfo rural se vendrán arriba y además de limpiar de escoria su pueblo también les entra el gusanillo y pueden terminar con todo ese estercolero de políticos y chorizos que también nos roban y se ríen de nosotros en la Gran Ciudad? Quizás lo hagan después de la siesta, siempre y cuando haya terminado la telenovela. Un pequeño paso para Jacinto y su equipo, un gran paso para la humanidad.