El plan de negocio resulta importante para convencer a quien convenga que asigne dinero, y otros activos al proyecto. Y, habiendo escasos recursos, hay que persuadirle de que el capital, los bienes y el trabajo se van a utilizar de la manera más eficaz y rentable y de que los objetivos no sólo son alcanzables sino que, pese a los competidores y otras posibles amenazas, se van a alcanzar. Por ello, el plan de negocio sirve también de instrumento para vender la idea a un tercero; más aún, demuestra que se controla el proyecto de principio a fin. Muestra que hay una visión clara del objetivo último y que se sabe cómo actuar en cada momento, lo que incluye acciones, costes y alternativas. Si se domina el proyecto sobre el papel, la mitad de la tarea está hecha, y los que tienen autoridad para conceder o prestar recursos estarán más dispuestos a hacerlo.
El proceso de planificación que te presentamos, no garantiza el éxito de la futura empresa, pero elimina incertidumbre o dudas sobre tu idea inicial, ya que se desarrollan y planifican, en una primera aproximación, cada una de las áreas que determinan la actividad empresarial de la futura empresa; para detectar la posible viabilidad de la misma.
Un plan de negocio es lo primero que te van a pedir bancos, inversores o instituciones cuando vayas en busca de crédito, préstamos o subvenciones. En él, debemos demostrar con datos la viabilidad de nuestro negocio.