Wilbur Whateley, hijo precoz y monstruoso de una solitaria familia de Dunwich, conserva parte del atroz secreto del Necronomicón, el libro prohibido. El secreto no puede, no debe, ser revelado a los hombres: las fuerzas del mal perviven y pueden invocarse. Una vez desatadas, el mundo conocerá su apocalipsis.
El horror de Dunwich es uno de los relatos más perturbadores de la literatura de terror. Las ilustraciones de Santiago Caruso se cuentan entre las mejores recreaciones gráficas del imaginario de H. P. Lovecraft.