El uso del caballo como montura no se generalizó entre los pueblos ibéricos hasta principios del siglo V a.C. Los jinetes ibéricos eran gente armada, juramentada, disciplinada y sobrados de habilidad y arrojo sobre el caballo y fueron también especialistas en la aplicación de las ?razzias?, incursiones en busca de saqueo. El jinete ibérico a caballo de Osuna (Sevilla), el guerrero a pie con su caballo de Porcuna (Jaén) y tantos otros exvotos y estelas ecuestres, nos demuestran la riqueza cultural que supuso el caballo para el pueblo ibérico.