?Y en eso, llegó Sònia, la columnista de las cosas pequeñas, de las cosas cotidianas, de la realidad a pie de calle. La que habla sin tapujos de las relaciones entre las personas, de la dictadura de la báscula, de literatura, de la pérdida irreversible que nos deja huérfanos, y hasta de las dificultades para ir al baño de las mujeres. Las columnas de Sònia me han hecho sonreír, y algunas han hecho que un nudo en la garganta me impidiese hablar durante un rato?.