Los temas de estos relatos dibujan los distintos rostros del miedo, a la vez que desenmascaran la realidad tal como se entiende y acepta. Pero la aparición de lo anómalo en la vida cotidiana también se manifiesta bajo el signo del absurdo y, apoyándose en una ironía y un humor siempre críticos, da lugar a planteamientos descabellados y a escenas delirantes.
Jorge Eduardo Benavides vuelve a hacer una apuesta inteligente y honesta con los ingredientes básicos del género. La destreza narrativa y el dominio de las técnicas del suspense convierten a La noche de Morgana en un verdadero manual del cuento fantástico. Los relatos de La noche de Morgana hay que leerlos con un lucero en la frente o una pistola en la mano.