Hay situaciones, experiencias, vidas para las que no hay palabras; cosas que no se pueden contar. Sonto ha perdido a su madre y solo le queda un libro lleno de recuerdos. La hermana pequeña de Thuli necesita unos zapatos para poder asistir a la escuela, pero como nadie quiere comprar las esterillas de Thuli, tiene que buscar otra solución para conseguir el dinero. Los padres de Thulani han muerto; él podría ir a la escuela, ya que los huérfanos no tienen que pagar matrícula, pero nadie le ayuda a conseguir el certificado de defunción. Sipho se encomienda a su dios para que enmiende el accidente de su abuela;
Kirsten Boie conoció a estos niños en sus viajes a Suazilandia y este es su particular tributo: cuatro historias emotivas e impactantes sobre la vida de aquellos que tienen que crecer demasiado rápido.