A veces, desgraciadamente, se olvida que padre no hay más que uno. Tanto por parte del padre, que durante siglos ha rehuido su responsabilidad en la familia -más allá de una genérica protección física o de proporcionar el sustento-; como de la madre que, al reclamar cotidianamente su cuota de poder, termina monopolizando la educación de los hijos. El autor, con un estilo ágil y ameno, repasa las principales consecuencias que esta ausencia del varón tiene en el mundo de la pareja, en la familia y en la educación de los hijos. El libro trata a la vez temas de actualidad y educación, y ofrece desde la experiencia como psiquiatra y terapeuta familiar del autor interesantes puntos de vista y análisis.