Los letrados más jóvenes y brillantes no suelen foguearse, precisamente, como abogados de oficio. Clay Carter lleva así demasiado tiempo y, como la mayoría de sus colegas, sueña con un puesto mejor en un bufete de verdad. Cuando acepta el caso de un hombre joven al que acusan de un tiroteo callejero, asume que simplemente es uno de los otros tantos asesinatos absurdos que se cometen en Washington D.C. cada semana. Mientras investiga el pasado de su cliente, Clay destapa una conspiración demasiado horrible para ser cierta. De repente se encuentra en medio de un caso de lo más complejo contra una de las mayores compañías farmacéuticas del mundo, en busca de uno de esos acuerdos económicos que cambiarían su vida por completo, que lo convertirían, casi de la noche al día, en el nuevo rey de los pleitos.