Un tipo baja de un tren en la estación de Mérida. Lo observa todo y detalla, en pocas palabras, la emoción que supone volver después de diez años a este lugar. Lo expulsaron de la ciudad cuando tenía diecisiete años. Vio lo que no debía ver. Ahora, vuelve hecho un hombre: fuerte, con temperamento, picardía, valor y, sobre todo, odio. Mucho odio. En todo este tiempo ha tenido una vida interesante, no obstante, le arde un fuego en el alma. Es incapaz de superar lo que sucedió diez años atrás. No se siente capaz de perdonar ni de vivir en paz, a menos que se enfrente a la gente que lo expulsó, unos mafiosos que controlan la región y, por desgracia, a su propia familia (lo que más le corroe): la traición de sus hermanas.