Marta Alonso Berná deja de lado la autocensura y despliega un humor insensato en el que afloran críticas contundentes a la sociedad occidental, desde los riesgos de cocinar con microondas, pasando por la trastienda del G7, la influencia de la Iglesia o los manejos de la industria farmacéutica. La autora parodia el mundo en el que vivimos, donde sexo, poder y dinero orquestan nuestro destino, y se ríe sin compasión de la condición humana.